El pasado lunes, 22 de febrero, fue mi cumpleaños, osea, el cumpleaños de la maestra. Lo primero que pensé al levantarme fue que un lunes no era un buen día para cumplir años, pero todo cambió cuando llegué a clase. Los niños se acordaban de que era mi cumpleaños, pues la semana anterior nos tocó hacer un ejercicio en el que había que escribir la fecha del cumpleaños y yo escribí la mía en la pizarra. Todos me felicitaron y lo vivieron de la forma en que ellos viven los cumpleaños: me cantaron "Cumpleaños feliz", "Happy Birthday to you" y la que más les gusta a ellos "Cumpleaños fatal". Me regalaron algunos dibujos, Arancha me hizo un "collar de perretes" y Elena trajo una caja de bombones que compartimos para todos.Todos estos pequeños detalles me hicieron muchísima ilusión. El viernes hicimos la "fiesta" del cumpleaños. Durante los últimos 45 minutos de clase (plástica) pintamos un dibujo de una tarta de cumpleaños, cantamos y bailamos y nos comimos unas chuches. L@s chic@s se fueron superfelices y yo... aún más. Gracias a mis chic@s.
